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Puerta equivocada

Al abrir la puerta un golpe de viento ha apagado tu antorcha.
Te agachas apoyando la mochila en el suelo.
Te apresuras a buscar la yesca y el pedernal a la vez que maldices esta situación.
El tiempo se para, pues te invade una sensación de peligro inminente.

Mantienes la calma, momentos en los que logras encender de nuevo la antorcha.
Acto seguido agudizas tus sentidos:
1) Al haber hincado la rodilla en el suelo, el pantalón se ha humedecido.
2) No se escucha nada salvo un incesante goteo perturbador.
3) Respiras profundamente y resulta desagradable, pues ahora huele a azufre.
4) Alzas la antorcha para ver más allá de la puerta que acabas de abrir y ves una figura musculada de piel roja, ojos saltones, barbilla protuberante y unos cuernos rectos y grandes, que te hace pensar que estás ante el mismísimo guardián de la mazmorra.
5) Cuando tratas de decir algo no ves venir el golpe. Te desmayas con el sabor de la sangre en la boca.
6) Ahora bien, estás en la habitación del sueño... Cuéntame que ha pasado, de donde venías y a donde ibas a dj at roleplus dot app

Con un poco de suerte, esto simplemente habrá sido un mal sueño y podrás continuar donde lo has dejado.