Los acontecimientos descritos en la Ilíada, la Odisea y la Eneida se produjeron en el Periodo heládico reciente III (1400−1060 a. C.), esto es, en la Edad del Bronce Final. Durante la Guerra de Troya las armaduras en el mundo egeo variaron: algunas destacaron por cubrir gran parte del cuerpo de los guerreros; no obstante, también se introdujeron modelos menos pesados. En esta excelente ilustración de Peter Connolly podemos percatarnos de que personajes como Héctor y Néstor usan armaduras de escamas, empleadas por los hititas y otras civilizaciones de Oriente Próximo que aqueos y troyanos asimilaron.
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Copio del faceebook de "Roma invicta'
Los acontecimientos descritos en la Ilíada, la Odisea y la Eneida se produjeron en el Periodo heládico reciente III (1400−1060 a. C.), esto es, en la Edad del Bronce Final. Durante la Guerra de Troya las armaduras en el mundo egeo variaron: algunas destacaron por cubrir gran parte del cuerpo de los guerreros; no obstante, también se introdujeron modelos menos pesados. En esta excelente ilustración de Peter Connolly podemos percatarnos de que personajes como Héctor y Néstor usan armaduras de escamas, empleadas por los hititas y otras civilizaciones de Oriente Próximo que aqueos y troyanos asimilaron.
Una reconocida armadura de este periodo fue la armadura de Dendra, emparentada con la coraza de Cadmea. La diferencia radicó en que el modelo de Dendra extendías varias placas metálicas hasta la altura de la rodilla, mientras que la Cadmea, que equipa Agamenón, omitía esta protección, proporcionando mayor flexibilidad. La armadura de Dendra fue un desarrollo micénico de las armaduras de escamas utilizadas por combatientes de carro hititas. ¿A qué se debe esta asimilación? A la incorporación aquea de utilizar carros de guerra en sus ejércitos, pues resultó menester para la civilización micénica dotar de una coraza que resguardara la integridad de las tropas en el carro, dado que eran vulnerables a proyectiles. A posteriori, esta armadura también fue utilizada por la infantería, aunque sería reemplazada por la armadura de Cadmea y otros modelos más ligeros.
Ahora bien, es necesario destacar la evolución de la armadura de Cadmea. Obsérvense principalmente a Agamenón, Aquiles y Odiseo; como se ha mencionado anteriormente, la protección de gran parte del tren inferior ha desaparecido, limitándose al torso o «thorax» y al vientre o «mitra». De esta armadura se derivaron modelos sin hombreras, pues estas podían resultar incómodas para la movilidad del soldado. Odiseo equipa esta coraza aligerada en la ilustración. Ulteriormente, en la Grecia clásica, las guardas de bronce en las corazas metálicas desaparecieron. Esta armadura se consolidaría en variantes utilizadas por el hoplita, como la coraza anatómica, férrea y con menor óbices para la maniobrabilidad, máxime considerando que los combates homéricos de uno contra uno se abandonaron en favor de la falange.
Con respecto a los cascos, se patentizan las diferencias al compararlos con los diseños del periodo clásico y helenístico. Odiseo equipa un casco de colmillos de jabalí, descrito por Homero (Ilíada. X. 260-265) y codiciado entre los dánaos por su asociación a la vida castrense, pues era un símbolo virilidad debido a la popularidad de cazar jabalíes en aquella época. Asimismo, destacó el uso del casco de puercoespín o emplumado, como el de Eneas. Aquiles, por su parte, utiliza un modelo de tipo kegel arcaico. Estos yelmos estaban sujetos a variantes: carrilleras, cuernos y penachos podrían incorporarse.
Con respecto a los escudos de guerreros teucros y aqueos. Podían ser macizos y longitudinales, como un escudo en ocho (Eneas y Héctor) o un escudo torre (Áyax). Sin embargo, también se equipaban modelos de menores dimensiones, como el circular de Odiseo o con escotadura (Agamenón y Aquiles). Inicialmente, los escudos torre y con forma de ocho carecerían de agarradera, únicamente una correa que pendía desde el hombro llamada «telamón» permitiría al guerrero resguardarse, dando al par de manos la capacidad de manipular la lanza con mayor fuerza. Empero, por influencia hitita y caria, micénicos y troyanos introducirían la agarradera y el umbo en sus escudos.
El escudo en ocho derivaría en el proto-dipylon, similar a su predecesor, pero con menor amplitud en las escotaduras de los costados. Con todo, en la Hélade clásica predominaría el «aspis», es decir, el escudo hoplita. Refiriéndonos a las espadas, los hallazgos indican que a lo largo del Periodo heládico estas fueron exclusivamente de bronce y, paulatinamente, se modificaron en tamaño y ancho de la hoja. Conocémos que las de hojas cortas serían pistiliformes, mientras que las de tipología Naue, de mayor longitud, tendrían una hoja recta. así, por ejemplo, en la imagen se aprecia la diferencia longitudinal entre las espadas de Agamenón y Héctor.