Roleína sanadora
"Jugar a rol es divertido, lo pasamos bien, pero no es inocuo. Al traspasar el portal que se abre cuando rellenamos la ficha de personaje —y especialmente cuando el máster comienza la narración—, nuestra percepción de la realidad se altera. Nuestro cuerpo permanece, pero nuestra consciencia se eleva y se escinde de nuestra corporeidad hasta que regresa tras la última tirada de dados."