Jugamos una primera sesión de "HeroQuest: Glorantha" ayer jueves 31 de octubre, en la asociación de vecinos Ayatimas II, como parte del #WeAreAllUs, enmarcada dentro del evento “Sábados para Roleros 90”.
Mientras transitábamos el Bosque de los Muertos, el aullador Umbrol, padre de los espíritus del aire, giró y gruñó sacudiendo árboles y arrancando ramas. Enviada por el glacial Valind, una gélida tempestad descendía sobre nosotros. La inclemente humedad calaba hasta el tuétano de los huesos. Rápido la lluvia se transformó en granizo. Movimientos y razonamiento se volvían pausados. ¡Necesitábamos hallar refugio pronto!
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Jugamos una primera sesión de "HeroQuest: Glorantha" ayer jueves 31 de octubre, en la asociación de vecinos Ayatimas II, como parte del #WeAreAllUs, enmarcada dentro del evento “Sábados para Roleros 90”.
Mientras transitábamos el Bosque de los Muertos, el aullador Umbrol, padre de los espíritus del aire, giró y gruñó sacudiendo árboles y arrancando ramas. Enviada por el glacial Valind, una gélida tempestad descendía sobre nosotros. La inclemente humedad calaba hasta el tuétano de los huesos. Rápido la lluvia se transformó en granizo. Movimientos y razonamiento se volvían pausados. ¡Necesitábamos hallar refugio pronto!
Un gran cúmulo de nubes atenuaba el brillo de Sedenya, la divina Luna Escarlata. Los densos nubarrones taparon también al anciano Yelm, el Sol. Escuchábamos llegados de la espesura los desasosegados aullidos de los necrófagos, remedo de cortesanos del condenado Rey Brangbane, a quien el legendario Sartar maldijo a siempre albergar un apetito insaciable y a sufrir al tiempo repulsión hacia todo alimento.
De entre los árboles, gritando surgían esas temibles monstruosidades. Una diversidad de piezas de armaduras los protegían, portaban puntiagudas picas y rodelas cuyas maderas habían cubierto con rostros desollados cosidos entre ellos. Dos necrófagos galopaban caballos ruanos hacia nosotros extendiendo paralelos una red, buscando atraparnos.
Heortlingas, nos percatamos de la presencia también de los vengativos espíritus de las antiguas esposas del inhumano Brangbane, hermosas muchachas del pueblo orlanthi horrendamente mutiladas que allí se habían congregado para asistirnos en la batalla.
Con esfuerzo alcanzamos el apartado refugio de elevados muros conocido bajo el nombre Highwall Inn. Los establos daban asilo a las bestias de carga de toda una caravana junto a siete corceles bien cuidados. En el interior, la iluminación de la lumbre y de algunas lámparas de aceite revelaron lo que auguraba ser un entorno acogedor.
Convencimos a Viajera Remota, una acaudalada mercader, de que enviase a dormir a los establos a un inmóvil y colosal uzdo que le servía como guardaespaldas, quedando con dos lastimosos trollkins como única compañía. Corazón Cálido, una agradable dama de largos y trenzados cabellos negros nos atendió debidamente recibiéndonos con tazones de vino recién hervido.
Durante la noche, conseguimos robar valiosos hongos traídos del Bosque de las Esporas, allá pasado kerofinela, que la caravana de Viajera Remota, la comerciante Griselda, llevaba camino de Jonstown, ciudad de alquimistas. Se puede ganar buena cantidad de argénteo ul remontando el río Lorthing con ellos si logramos dejar atrás este pavoroso bosque. RunequestEnGlorantha Runeblogger: Mola mucho. No me lo he leído con detalle porque un día espero disfrutar de esta aventura como jugador, pero me han gustado las frases que he leído. ¿Le gustó a tus...