La película de Angela Robinson no será mi película favorita *de BDSM* por que no trata de BDSM. O al menos no trata solo de eso, habla de poliamor, de feminismo, de psicología, de intolerancia, de censura...
Habla de lo importante que es no ceder ante la injusticia. De lo vital de tomar partido.
Y al mismo tiempo de que las respuestas no siempre son binarias. Que no tienes abandonar algo para obtener otra cosa. A veces la razón ilumina el camino que los sentimientos ya te estaban chillando que debías tomar. A veces el miedo, el terror, la ignorancia, o el egoísmo maltrata a los que están cerca de uno. Pero sobre todo te maltrata a ti mismo. Por que siempre es mas difícil, y doloroso, engañarse a uno mismo.
No veas esta película solo por el emocionante retrato que hace de la valiente familia donde *nació* Wonder Woman. Ni por el, quizás demasiado benévolo, retrato de una sociedad reaccionaria y cruel de la que nos separan mas años que realidades. Ni siquiera por los didácticos apuntes, sobre psicología, sexualidad alternativa o feminismo. Atrévete a compartir la historia de los ficticios personajes. Analiza las situaciones. Y presenta ante el infalible detector de mentiras de tu propia conciencia la pregunta sobre como hubieses actuado tu.