"El deshielo de la tundra siberiana no deja de proporcionar sorpresas a los investigadores. En este caso se trata de la cabeza de un lobo gigante, hallada en la ribera del río Tirekhtyakh y datada hace 40.000 años, en el Pleistoceno. La particularidad de este descubrimiento es que los restos están tan bien conservados que el cerebro del animal ha permanecido intacto dentro del cráneo."
"El deshielo de la tundra siberiana no deja de proporcionar sorpresas a los investigadores. En este caso se trata de la cabeza de un lobo gigante, hallada en la ribera del río Tirekhtyakh y datada hace 40.000 años, en el Pleistoceno. La particularidad de este descubrimiento es que los restos están tan bien conservados que el cerebro del animal ha permanecido intacto dentro del cráneo."