Quizá no hoy, ni mañana, pero sabes que un día ocurrirá. Alguien te mirará y dirá “¿por qué no nos diriges tú una partida?”. Puede que sea porque el máster que estaba previsto ha fallado en el último momento o porque algún compañero traicionero ha filtrado que tú te dedicas a eso del rol y a los demás les ha picado la curiosidad. Y ahí estás, solo ante el peligro. Podrías negarte, pero un gran poder conlleva una gran… blablabla, olvidemos eso. Digamos que es un reto y es el motivo de que lleves siempre encima una bolsa de dados. Porque la llevas ¿verdad?