Si estamos acostumbrados a la forma en que son y actúan los protagonistas de la historia, para introducir algo de frescura, podemos contar escenas concretas en las que una debilidad se convierte en una ventaja o una virtud sea un inconveniente.
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Yaesviernes
Si estamos acostumbrados a la forma en que son y actúan los protagonistas de la historia, para introducir algo de frescura, podemos contar escenas concretas en las que una debilidad se convierte en una ventaja o una virtud sea un inconveniente.
Un personaje alcohólico, en el caso de que sea necesario beber, como en una competición, podría tenerlo más fácil. Alguien pequeño o delgado, será el único capaz de pasar por una grieta estrecha, será subestimado o llamará menos la atención.
Si nos fijamos en el personaje más elocuente, puede molestar a una tribu primitiva por sus palabras demasiado complicadas. Y quizá el más grande e intimidante, tenga problemas para cruzar por un puente desvencijado o active una trampa de presión.
¿Has usado a la inversa las ventajas o desventajas de los protagonistas en alguna de tus historias?