Nueva entrega de "La Batalla de los Marjales": Victoria sin Gloria.
La esperada conclusión de la lucha, que no de la novela, faltan unos cabos por atar.
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Nueva entrega de "La Batalla de los Marjales": Victoria sin Gloria.
La esperada conclusión de la lucha, que no de la novela, faltan unos cabos por atar.
"Acerada descendió justo antes de probar su venenosa mordedura. Pero ella también acusaba el cansancio, y todavía estaba planeando, sin remontar el vuelo, cuando la bilis inflamable caía en su dirección. Por pura memoria corporal, Ambrose alzó su escudo, que de poco habría servido, de no ser por el tirabuzón con el que su montura los salvó a ambos de salir escaldados. Pero la arriesgada maniobra había logrado su cometido.
La pérfida sierpe, concentrada en el que percibía como el rival más débil, no vio a Sangraal abalanzarse sobre ella. Las garras delanteras del grifo atravesaron las resbaladizas escamas y se hincaron profundamente en la carne correosa. Nada pudo hacer el señor de la horda para liberarla. Bastante tenía con defenderse de los martillazos que el Rey le propinaba. Y mientras, atrapados en abrazo mortal, juntos caían a plomo, con sus zarpas traseras desgarraba Sangraal las alas membranosas de la bestia.
Causado el daño, llegaba el momento de soltar la presa, pero era ahora Ztirca la que con su férrea mordedura mantenía sujeto a Sangraal por una pata delantera, y sin remedio se precipitaban contra el suelo."
Hola a todos.
Nueva entrega. Nuevos lances de batalla para nuestros héroes. Ya queda menos. Diciembre suele ser un mes complicado, espero terminarlo antes. Por fin XD
Gracias a quienes estáis siguiendo la historia.
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Hola a todos.
Nueva entrega. Nuevos lances de batalla para nuestros héroes. Ya queda menos. Diciembre suele ser un mes complicado, espero terminarlo antes. Por fin XD
Gracias a quienes estáis siguiendo la historia.
"Al contemplar la hueste reunida por los druidas de Shislaran, y el júbilo gozoso con que parecían entregarse sus integrantes al altar de la guerra, no pudo menos que comprender los temores que debió despertar tamaña visión en sus civilizados vecinos. Otro pensamiento lo alcanzó, y, pese a la tristeza que lo embargaba, en medio de la pérdida de antiguos amigos, se obligó a sonreír.
«Con que los dancos De la Turbera no eran más tramperos y peleteros que habían abandonado el camino de sus antepasados. Pues bien que conocéis los caminos de pastores y contrabandistas que llevan a su casa.»
Entre todos ellos, hubo uno que atrajo su atención mientras ordenaba a los albicelestes caballeros abandonar la persecución y dejarla en manos de los humanos.
Por delante de los lanceros corría un tigre, negro como noche sin estrellas, de no menos de dos metros de largo. Sus ojos ambarinos brillaban con inteligencia impropia en un animal..."
Si el "gato" como le llama Caethdal os suena, estáis en lo cierto.
Prosigo con mi particular incursión en el estilo de novelas "a lo Warhammer".
Nueva entrega de "La Batalla de los Marjales". El evento que marcó el devenir del reino de Esgembrer tal y como lo conocen nuestros amigos aventureros de La Sirena Varada.
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Prosigo con mi particular incursión en el estilo de novelas "a lo Warhammer".
Nueva entrega de "La Batalla de los Marjales". El evento que marcó el devenir del reino de Esgembrer tal y como lo conocen nuestros amigos aventureros de La Sirena Varada.
"Éste, con oscuros círculos bajo los ojos que evidenciaban el precio pagado, tanteó las ligeras alforjas sujetas a los arreos de su montura, mientras ésta se incorporaba y extendía sus alas, y extrajo una poción de curación que le devolviera parte de la fortaleza dilapidada durante la exigente jornada. Con pulso tembloroso se la llevó a los resecos labios y apuró el espeso líquido carmesí con avidez.
Apenas empezó a sentir sus benéficos efectos, sujetó las riendas de Aguerrida y montó de nuevo. En ese momento, la sombra de sus reagrupados compañeros le cubrió.
—¡Apresúrate! —le urgió Uriah— ¡El orden de batalla se desmorona! ¡Los regimientos del centro persiguen a los hobzs y abandonan sus posiciones! ¡Daimiel y sus caballeros cabalgan ya en pos suyo!
En efecto, así era. Por el flanco izquierdo de la horda penetraban las albicelestes tropas élficas. La cuña formada por su caballería, con la luminosa presencia de su príncipe al frente, atravesaba las escuadras enemigas como un cuchillo candente la mantequilla. Los vociferante dancos les secundaban. La sombría forma del transformado Elugón los comandaba, como un avatar de todo lo que en la naturaleza hay de salvaje y predatorio. Ni él, ni sus bestiales escoltas, encontraban oposición entre los baqueteados hobzs."
Hola, muy buenos días a todos.
Aquí estoy con una nueva entrega de "La Ciudad bajo la Ciudad". La Batalla de los Marjales se acerca a su desenlace.
Hoy los ecos de "Deus vult" resuenan desde la Edad Media, mientras los camaradas de Uriah dejan de hacerle los coros y ocupan el centro de la escena.
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Hola, muy buenos días a todos.
Aquí estoy con una nueva entrega de "La Ciudad bajo la Ciudad". La Batalla de los Marjales se acerca a su desenlace.
Hoy los ecos de "Deus vult" resuenan desde la Edad Media, mientras los camaradas de Uriah dejan de hacerle los coros y ocupan el centro de la escena.
"Comprendiendo lo que sus superiores se disponían a hacer, Jerome y Zacarías se alejaron un par de metros a cada lado. Ellos no habían avanzado lo suficiente en los misterios del Señor del Valor para llevar a cabo tal proeza. Aún así, se sumaron a la salmodia, alzando mazas, martillo y mangual a la luz de los soles.
—Luz que dispersa la oscuridad —entonaron todos a una—. Rayo que hiende el firmamento. Tormo el Justiciero. Martillo que dicta sentencia. Mirada que descubre la mentira. Tormo del Libro. Escudo que protege a los inocentes. Torreón que aleja a los sin ley. Tormo Espejo de Paladines. ¡Tu asistencia invocamos!
Era ya mediodía y en el campo de batalla no cesaba el derramamiento de sangre, cuando dos columnas de luz dorada, ribeteadas de relámpagos y acompañadas de sendos truenos descendieron del cielo. En su interior se adivinaba la blanca luz de los espíritus guerreros enviados en respuesta a sus plegarias. Tal era la intensidad de la energía divina que los sustentaba, que mirarlos directamente cegaba al imprudente. Sus armaduras emitían destellos plateados, sus armas refulgían como el oro, pero eran sus alas blancas, cargadas de energía eléctrica, las que no dejaban lugar a dudas sobre su naturaleza."