Puede que sea una tontería, pero a mí me mola el tema (aunque no tengo ni idea) y al parecer, a Dyson Logos también, por eso en 2019 creó un PDF de 12 páginas lleno de tablas para generar menhires, dólmenes, oróstatos, etc.
En el post, además del enlace a Drive Thru RPG, Dyson nos cuenta de dónde viene su pasión por los pedrolos XD
Mi intento de hacer una fuente con un pedestal en el centro donde supuestamente iría una escultura. He usado un cartón para la base y las piedras están hechas con una de esas bandejas de poliestireno de comida del supermercado. Los palos de las fuentes son simples palillos. El agua tendría que transparentar un poco más cuando este seco del todo y ser de un azul menos intenso. Faltan todavía algunos detalles como poner algo de vegetación. Master Gollum: Resultado final con un poco de vegetación.Runeblogger: El musgo y las hierbas le dan un toque más de realismoMaster Gollum: {@Runeblogger} Sí, lástima del agua que no me ha quedado muy bien. Creo que merece la pena gastarse un par de euros y comprar el epoxy que comentaba {@Dungeonero}. Creo que voy...
Fachadas de edificios para hacer escenas rápidas en pueblos o ciudades. Cartón, madera de palillos de café y de manualidades, cartón pluma para las piedras del templo y acetato para la claraboya.
RESUMEN DE LA SESIÓN 2
- Los tambores indican el comienzo del asalto. Todas las esperanzas están puestas en la defensa de la fortaleza, pues los orcos son el doble, con doble de cuerpo y traen consigo catapultas.
- Anthuel y Bralin salen por la puerta oeste de la fortaleza en busca de la ayuda de los enanos de las montañas cercanas del norte de Ghunth.
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RESUMEN DE LA SESIÓN 2
- Los tambores indican el comienzo del asalto. Todas las esperanzas están puestas en la defensa de la fortaleza, pues los orcos son el doble, con doble de cuerpo y traen consigo catapultas.
- Anthuel y Bralin salen por la puerta oeste de la fortaleza en busca de la ayuda de los enanos de las montañas cercanas del norte de Ghunth.
- El sabio Dreverin asigna la tarea de contabilizar los recursos de los que dispone la fortaleza para su defensa a la enana Näegh y esta invita a Urahorg a reforzar dos de las cinco catapultas que encuentra.
- Es la noche más larga y mientras los orcos cavan un foso y levantan una empalizada para asegurar su campamento, envían una sección con un ariete a la puerta este.
- El ariete es neutralizado con aceite ardiendo y fechas que lo envuelven en llamas.
- Se retira el ariete para que no queme la puerta y se sacan fuera de la fortaleza las dos catapultas en peor estado.
- Los aliados disparan las dos catapultas destruyendo dos de las cuatro catapultas que estaban montando los orcos en su campamento.
- Los orcos responden con una carga de infantería y prenden fuego a las catapultas expuestas.
- Los aliados disuaden a esta infantería activando las tres catapultas del interior de la fortaleza.
- La respuesta de los orcos no se hace esperar y disparan sus catapultas con piedras envueltas en fuego impactando en la estructura interior. Todos se movilizan para apagar los fuegos ocasionados.
- Dreverin lanza dos de las tres bolas de fuego que puede lanzar antes de caer exhausto y deshace en llamas las dos catapultas enemigas.
- Los orcos rodean la fortaleza dejando sin opciones de huida aparente a los sitiados.
¿Vendrá la ayuda enana antes de que los orcos invadan la fortaleza o se dará un final trágico defendiendo las murallas?
Oxtan:
Estrella: Interacción entre los protas.
Desea: Qué vengan refuerzos y se gane la batalla.
Dragonnegro:
Estrella: Momento retirar ariete.
Desea: Una posible reconquista.
Otro posible final:
Hay una lucha encarnizada en la muralla hasta el último momento, momento en el que hay que salir pitando por la puerta secreta situada al norte de la fortaleza.
Ciudad Dicty.
30° al Norte de la zona prohibida septentrional, conocida como el Infierno de Hueso.
La ciudad no eran más que leyendas e ilusiones en mitad de la nada, un inmenso desierto donde se decía que antiguamente había una hermosa ciudad de la cual solo quedaban pilares desgastados en mitad de la arena, que se hundía y trasladaba de forma a veces casi inexplicable. A cada paso el entorno parecía moverse como un monstruo vivo y cambiante, que acechaba esperando dejar solo más víctimas en su madriguera. Era desalentador encontrar más huesos que piedras, bajo el fino manto de arena.
Tría dio un paso mirando la pequeña esfera de metal dorado que la había llevado hasta allí, una de las pocas cosas que le quedaban de sus padres, quizás la más rara de todas, pues era un objeto de una antigua civilización extrañamente avanzada, su tecnología no se parecía en nada a la de ahora, la esfera no tenía baterías, cables, aparentemente solo era un mecanismo que funcionaba con una energía desconocida, donde las finas láminas de metal apilado giraban formando un mapa que había tardado meses en entender, pues la esfera parecía tener vida propia, y solo conducirla a un único punto, moviéndose para mostrar la dirección adecuada, cuando iba en una incorrecta.
Tría a veces dudaba si solo era un juguete, o si en el fondo solo perseguía una quimera... pero ya no le quedaba nada.
La sociedad estaba dividida a causa de los exterminios y purgas, la gente se había vuelto sumamente desconfiada desde que las mutaciones habían empezado a surgir y a alterar las creencias de todos, dividiendo a la población.
La desconfianza y el odio a lo que era diferente, provocaban que los líderes no tuvieran voz, la ética era sumamente pobre, apenas se creía ya en dioses o leyendas de héroes... por lo que unir a las personas parecía casi imposible.
Todo era temor o ignorancia a lo desconocido, al pasado y las cosas antiguas, que ahora ya nadie entendía, pues los conocimientos se habían destruido por culpa de las sucesivas guerras y matanzas.
Mientras tanto Tría parecía seguir caminando a una muerte segura, en el fondo era lo que había aceptado al entrar en aquel lugar donde ya apenas llegaban trasmisiones a su radio o comunicador.
Estaba sola y lo había aceptado.
La joven dio otro paso y no pudo evitar la tos por el áspero y fino polvo que removía el fuerte viento del desierto y que no le dejaba ver nada, volviendo su ritmo pesado, mientras el calor y la sequedad le raspaban los pulmones.
"Vamos... camina..." era su principal pensamiento en una mente tan exhausta y vacía que hubiera asustado a cualquiera que hubiera podido leer sus pensamientos, si es que aún quedaba gente así, pues lo único que sentía Tría era las punzadas de dolor por el extenuante esfuerzo y que impedían cualquier pensamiento o idea remotamente complicada.
Avanzó apenas dos pasos más y la arena se la tragó, sin ruido, sin violencia desapareció, mientras el viento borraba sus pasos.
Mas abajo Tría tomó consciencia de que estaba cayendo solo un segundo antes de impactar con la superficie de agua que de forma inexplicable estaba allí.
Un inmenso mar oscuro, donde Tría se empezó a hundir incapaz de encontrar la superficie, intentó luchar para salir, pero el peso de su ropa, de su cuerpo y la densidad del líquido... se lo hicieron imposible, hasta que las últimas burbujas de aire se elevaron y cayó inconsciente, mientras el agua bloqueaba su garganta y entraba en sus pulmones.
El agotamiento hizo que fuera incapaz de recurrir ni a sus armas, ni a la tecnología, ni siquiera sus poderes, que podían haberla salvado de alguna forma... La oscuridad la absorbió, incapaz de reaccionar ante aquello.
Pues el fuerte choque con el agua fría había anulado la poca consciencia lúcida que le quedaba.
Mientras, el zumbido estático de su comunicador empezó a llenar la superficie del agua. Un segundo después la esfera dorada que aún sostenía Tría palpitó casi como un púlsar que creó una onda en el agua, para luego replicar levemente casi como un latido, creando pequeñas hondas alrededor, mientras al contacto con el agua el dorado empezó a brillar en la absoluta negrura, donde las partículas de arena parecían motas doradas flotando lentamente en el aislante líquido, solo temblaban ante el rítmico latido de la esfera, que despertó a un ser aletargado en la profundidad de roca oscura.
La criatura con un ronroneo animal casi como el de un gran predador, se movió agitando la larga cola de reptil que lo impulsó rápidamente hasta llegar a ver la figura en el agua que sostenía un antiguo objeto de luz. Notando que esta parecía empezar a hundirse, el reptiliano podía ver qué era uno de esos seres de piel blanca y sin escamas, cubiertos de telas de colores ocre y beis como la arena, enredadas sobre los hombros y debajo se veía un traje negro a juego con su pelo oscuro que estaba recogido.
La criatura reptiliana pareció esperar un momento, pero rápidamente se dió cuenta.
Aquel ser parecía no moverse, no respirar... "¿Acaso... estaba muerta? O había sido tan torpe de caer y no poder respirar allí abajo." Fue un fugaz pensamiento, mientras sus ojos rasgados se estrechaban al notar que la esfera se iba apagando.