Nuevo capítulo de la novela por entregas “Dendralil”. Lo mismo todavía la cambio otra vez de nombre.
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Hola a todos.
Nuevo capítulo de la novela por entregas “Dendralil”. Lo mismo todavía la cambio otra vez de nombre.
Hoy os revelo un pequeño misterio que sembré hace mucho. El origen de la enemistad personal entre Adrastos y Cornelia con la Reina Viuda.
Cuatro años he tardado en llegar a este punto de la historia. No me da la vida XD
“Tudorache enfiló el largo pasillo malhumorado. Fruncía el ceño y torcía la la boca con disgusto mientras volvía sobre sus pasos. El joven Martín lo esperaba en el Salón de la Verdad. Renegando para sus adentros, bajó las escaleras con paso vivo. El fardo que le había entregado Zacarías no le pesaba. Lo llevaba bajo el brazo con cuidado de no perder la misiva a él dirigida. En ese momento, lo que más lo irritaba era no poder pararse a leerla.
Una vez en el piso inferior, giró hacia las dependencias adscritas a la biblioteca y los archivos. Era allí donde se encontraba su destino. Una joven clériga, bajita y regordeta, vestida con el hábito blanco estampado con los símbolos de Tormo y del Libro, le salió al paso por entre las estanterías abarrotadas.
—Bien hallado caballero —lo saludó con una educada sonrisa pintada en su cara redonda enmarcada entre los negros mechones de su corta melena—. Soy la novicia Celia, bibliotecaria en funciones. ¿En qué puedo servirle?
La muchacha de ojos miopes lo miraba con curiosidad. No daba muestras de reconocerlo. Así que Tudorache se obligó a suavizar su actitud.
—Bien hallada, bibliotecaria Celia —la devolvió el saludo con una ligera inclinación de cabeza—. El caballero negro se encamina al Salón de la Verdad para compartir sus experiencias con el rememorador Pavel.
—¡Oh! —sofocó una exclamación llevándose las manos a la boca— ¡Disculpe mi atrevimiento! —dijo agachando la cabeza con la cara roja por la vergüenza.
—No hay de qué disculparse —la excusó—. Podéis continuar con vuestro trabajo. Conozco el camino.”
Nueva entrega de la historia de Tudorache el Descarriado.
A su regreso a la fortaleza de Tormo en Esgembrer se encuentra un escenario muy diferente del que dejó años atrás y su viejo amigo Zacarías le pone al tanto de los muchos cambios que se han producido durante su ausencia:
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Nueva entrega de la historia de Tudorache el Descarriado.
A su regreso a la fortaleza de Tormo en Esgembrer se encuentra un escenario muy diferente del que dejó años atrás y su viejo amigo Zacarías le pone al tanto de los muchos cambios que se han producido durante su ausencia:
“El despacho del Maestre estaba tal y como lo recordaba. La amplia mesa de caoba llena de pliegos meticulosamente ordenados por temas, apilados unos sobre otros. Las paredes ocultas tras hileras de estanterías abarrotadas de libros. Administración, leyes, teología, geografía, historia militar, teoría política y economía se daban allí cita. Zacarías le invitó a tomar asiento.
—Me alegro mucho de verte regresar de una pieza —los ojos claros chispeaban divertidos—. ¿Una copa para limpiar la garganta del polvo del camino?
No esperó a que le contestara. Se volvió hacia un armario junto al escritorio y sacó una botella de vidrio labrado. Un licor dorado la llenaba hasta la mitad.
—Sidra. Nada excesivo para estas horas del día —se adelantó a sus objeciones mientras llenaba una copa y se acercaba.
—No cambias —dijo él tomando un sorbo.
No era del todo cierto. En el fuego de sus rizos pelirrojos se apreciaba abundante ceniza. Pero se le veía animado, lleno de energía. No era ése el caso durante sus últimas estancias en el Nido. El peso de las responsabilidades propias del cargo al frente de la orden habían sofocado su natural pícaro.
—Lo mismo que tú —replicó con una sonrisa traviesa—. Mira que cargar de acá para allá con esas alforjas. ¿No sabes lo que son las letras de cambio?
—Ya sabes que por las tierras que recorro no abundan los banqueros —esquivó la pulla.”