Se termina marzo y no acabo de sacar a Tudorache de Matapuercos. Pero ya casi está, enseguida regresaremos a Esgembrer para entrecruzar los caminos de los protagonistas de estas tres historias.
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Hola a todos. Muy buenos días.
Se termina marzo y no acabo de sacar a Tudorache de Matapuercos. Pero ya casi está, enseguida regresaremos a Esgembrer para entrecruzar los caminos de los protagonistas de estas tres historias.
“A la mañana siguiente, apenas Loiv asomó su gentil rostro, reemprendieron la lucha contra un incendio ya agonizante. Negándose a cruzar el Turbio, divididos en cuadrillas organizadas por Don Celes, se dispersaron por su cauce sofocando las escasas llamas restantes en su ribera y trazando cortafuegos. Al otro lado, sin el Kazelrus para avivarlo, gracias a las lluvias y a los fantásticos habitantes del bosque, una vez consumido el fuego malvanés, también era más el humo que el peligro.
Aún así, las gentes del pueblo dedicaron la jornada entera a buscar el más mínimo rescoldo y enterrarlo. Todos ellos lamentaban lo ocurrido. Hubieran perdido a alguien o no, todos se conocían. Caía la tarde cuando encontraron los cuerpos de otros dos leñadores. Los hallaron atrapados entre las rocas de un vado arroyo abajo. Habían intentado huir del incendio, pero el fuego líquido los había alcanzado. Si alguien mantenía la esperanza de encontrar más supervivientes, la visión de los restos quemados y abotargados de aquellos desgraciados terminó con sus ilusiones.
El paisaje era desolador, lo que días antes era un frondoso vergel, ahora era un páramo de tierra quemada y tocones abrasados. Pese al poder regenerador del Hijo de Silvara, reparar el daño causado llevaría años. El oro verde, que bien administrado habría mantenido a los habitantes del lugar durante generaciones, había sido arrasado. Mientras los ayudaba, Tudorache no dejaba de repetirse las palabras de Dundenis: «campos de cultivo, campos de cultivo». Y lo maldecía para sus adentros.”
Para leer el resto de la entrega, nada más fácil que seguir el enlace al blog:
Lo admito, tenía ganas de escribir una entrada plenamente rolera, casi de Fanfiction , y lo he hecho. Tal cual:
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Hola otra vez.
Lo admito, tenía ganas de escribir una entrada plenamente rolera, casi de Fanfiction , y lo he hecho. Tal cual:
“¿Dragones de arena? ¡Falacias! ¡Los dragones de arena no existen! Bueno, tal vez, y digo sólo tal vez, existan en la infinidad de mundos posibles que flotan en el estéril vacío que conforma el Tapiz que separa unas estrellas de otras. Pero aquí no, en este mundo nuestro todavía traumatizado por la aplastante tiranía de los Grandes Dragones, no.
Lo que sí existe, y la gente del común en su ignorancia denomina: «dragones de arena», son otro tipo de criaturas que poco, o nada, tienen que ver con los verdaderos dragones.”
“—Hace años mi hermano y yo acudimos a la llamada de la orden. Nuestro rey nos necesitaba —parco en palabras la ahorró los detalles propios de bardos—. Hubo una gran batalla. Mi hermano cayó y yo abandoné a mi rey para perseguir a su asesino. En mi ausencia la batalla se ganó, pero el rey murió. Caí en desgracia a ojos del reino y de la orden —juntó su mano sobre el puño de ella—. Pero sobre todo a los míos.”
Tudorache el Descarriado hablando sobre su participación en “La Batalla de los Marjales”.
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“—Hace años mi hermano y yo acudimos a la llamada de la orden. Nuestro rey nos necesitaba —parco en palabras la ahorró los detalles propios de bardos—. Hubo una gran batalla. Mi hermano cayó y yo abandoné a mi rey para perseguir a su asesino. En mi ausencia la batalla se ganó, pero el rey murió. Caí en desgracia a ojos del reino y de la orden —juntó su mano sobre el puño de ella—. Pero sobre todo a los míos.”
Tudorache el Descarriado hablando sobre su participación en “La Batalla de los Marjales”.
Hola a todos.
Hoy en La Itarca de Isfegar estamos de celebración.
Por una parte, me han invitado a firmar en la feria del libro de mi pueblo, Los Corrales de Buelna, el 20 de Abril, y allí pasaré la tarde en buena compañía. Y por otra, entre todos habéis superado las 13.000 visitas acumuladas al blog, y subiendo.
Así que me he venido arriba y he programado cinco días de descarga gratuita en Amazon para “La Batalla de los Marjales”. Del 17 al 21 de Marzo horario del pacífico.
Además, se acercan los premios Ignotus y este año puedo presentar dos novelas cortas: ”Marduk y la Isla de los Cangrejos” y la susodicha “La Batalla de los Marjales”.
En “Pórtico” tienen el censo abierto para poder votar hasta el 29 de Marzo. Yo me registré el año pasado. Pero al final no di el paso con “La Amenaza bajo Esgembrer”. Lo mismo esta vez me animo por partida doble. Todavía me lo estoy pensando.
Por lo demás, todo igual. Sigo ganándome el pan con el sudor de mi frente en la panadería y cada vez veo menos XD. Trato de tomármelo con humor y alguna cerveza. En fin, me despido por ahora.
Aquí vuelvo con una nueva entrega de las andanzas de Tudorache el Descarriado. Espero que os estén gustando:
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Hola. Muy buenos días.
Aquí vuelvo con una nueva entrega de las andanzas de Tudorache el Descarriado. Espero que os estén gustando:
"La lluvia incesante acompañó a la expedición de socorro sin que el temido fuego líquido mencionado por los leñadores hiciese su aparición. Con un goteo constante, más y más supervivientes se les iban uniendo durante su avance. Para cuando llegaron a la serrería en la cual pernoctó el paladín días atrás, ya rondaban el medio centenar y las esperanzas de encontrar incólumes al resto brillaban más que las llamas al otro lado del arroyo.
De su lugar de trabajo empero no quedaban más que hierros retorcidos y madera carbonizada. Tudorache desmontó. Mordiscos cojeaba cada vez más. Una sustancia oleosa recubría el suelo allí donde parecía haber ardido con mayor intensidad. Un olor químico flotaba en el aire. A sus espaldas, las gentes del pueblo se disponían a atender debidamente a los heridos. Los demás debían cruzar el Turbulento. Ante ellos, un roble calcinado emergía del arroyo y extendía sus ramas quebradas por la ribera. Parecía el cuerpo de un náufrago tratando de ganar la orilla. Todavía humeaba. El mal olor era especialmente intenso en sus cercanías. El joven Eulogio caminó a donde estaba.
—Fue tal y como nos advirtió —con gesto contrito le confesó—. Me lo acaba de contar mi primo.”
Hola de nuevo.
Aquí regreso con una nueva entrega de “El Caballero Negro y el Corazón del Bosque”.
Además, al estilo de las entradas del tipo “Criaturas y Leyendas”, añado las reglas para incluir a los oníricos mencionados en la historia en las partidas de “Ital el JDRHM”.
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Hola de nuevo.
Aquí regreso con una nueva entrega de “El Caballero Negro y el Corazón del Bosque”.
Además, al estilo de las entradas del tipo “Criaturas y Leyendas”, añado las reglas para incluir a los oníricos mencionados en la historia en las partidas de “Ital el JDRHM”.
“La lluvia torrencial contribuyó a limpiar la atmósfera y sofocar los fuegos propagados por el viento. Pero también embarró los senderos de tierra apisonada y retrasó el avance de los carros. Además, su buena marcha se vio entorpecida por la insistencia con que todos buscaban averiguar cuanto tuviera que contar la cuadrilla de madereros. El paladín era el primer interesado en escucharlos, así que no se separó de la carreta de Amelia. Lo mismo hizo su marido, quien enrojecía de vergüenza cada vez que oía contar cómo los había salvado de un oso feroz.
Tudorache sonreía para sí. Sabía bien lo que ocurría con esas historias. Cada nuevo narrador las añadiría sus propios detalles. En cuestión de semanas, el espigado posadero sería un forzudo capaz de derrotar con las manos desnudas él solo no a uno, sino a tres osos. En más de una ocasión había escuchado de pasada historias de taberna, en las que un grupo de paladines habían acabado con tal o cuál amenaza, para luego percatarse de que estaban relatando exageradas versiones de sus propias aventuras. Así, un gigante solitario se convertía en un clan entero y cuatro ladrones de ganado en un ejército de bandoleros.
Pero entre conversación y conversación, por la columna de carros se repetía la misma pregunta: ¿Quién prendió el fuego?.
—Los colas rojas —respondía el leñador herido a cuantos se acercaban a la carreta donde iba sentado—. Han sido los colas rojas. Han estado enredando y encizañando desde que volvimos —porfiaba acalorado con quienes se lo discutían—. Han tenido que ser ellos.”
Nueva entrega de “El Caballero Negro y el Corazón del Bosque” disponible en mi blog:
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Hola de nuevo. Buen fin de semana a todos.
Nueva entrega de “El Caballero Negro y el Corazón del Bosque” disponible en mi blog:
“Lorena se llevó los dedos a los labios y silbó repetidas veces. Pese a lo penetrante del sonido y a la magia inconsciente que imbuía en él, los animales no respondían a su llamada.
Tudorache elevó una silenciosa plegaria rogando que se le desvelase el poder detrás de su conducta. No le sorprendió confirmar que se trataba del corazón del bosque. Oleada tras oleada de energía sacudía a plantas y animales compartiendo con ellos el dolor que sentía a causa de las llamas. Ante sus ojos, un par de gallinas cayeron muertas sin que nadie las tocase. Pronto, un cerdo se desplomó entre espasmos con espuma en la boca antes de que el rigor mortis reclamase su cuerpo. Lorena se arrodilló a su lado. Lágrimas asomaron a los vivaces ojos castaños de la sanadora.
Mordiscos se debatía contra su jinete como nunca lo había hecho. De haber portado una armadura completa sin duda el paladín habría dado con sus huesos en el suelo. Por fortuna no era el caso y de repente, tal y como había empezado, el lamento del hijo de Silvara menguó hasta ser sólo un sollozo distante. Entonces los animales sí que se dejaron conducir de vuelta a la cuadra.
—Ésto es cosa mala, muy mala —fue lo único que se le ocurrió decir al paladín.”