Hola a todos.
Llevo un tiempo plof, a ver si me sacudo el desánimo y recupero la actividad.
Hoy comparto con vosotros una nueva entrada del tipo "Criaturas y Leyendas". En esta ocasión visitaremos el Alrus central de la mano del docto León de Rasaol:
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Hola a todos.
Llevo un tiempo plof, a ver si me sacudo el desánimo y recupero la actividad.
Hoy comparto con vosotros una nueva entrada del tipo "Criaturas y Leyendas". En esta ocasión visitaremos el Alrus central de la mano del docto León de Rasaol:
Hola a todos.
Como ya sabéis, durante años dirigí partidas con el sistema de Superhéroes Inc primera edición. Aquellas campañas tuvieron tanto éxito que llegamos a desarrollar nuestra propia versión de su universo.
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Hola a todos.
Como ya sabéis, durante años dirigí partidas con el sistema de Superhéroes Inc primera edición. Aquellas campañas tuvieron tanto éxito que llegamos a desarrollar nuestra propia versión de su universo.
El caso es que hace unos meses encontré la excusa para escribir un relato que evoca el estilo de aquellas partidas y hoy lo comparto con vosotros:
Aquí está la entrega número 19 de la que será la tercera novela corta de la serie “Caminos Separados”:
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Buenos días.
Aquí está la entrega número 19 de la que será la tercera novela corta de la serie “Caminos Separados”:
“La sesión con el rememorador fue mucho más llevadera. Debido a lo avanzado de la jornada, Pavel encargó a la clériga de ojos miopes que les consiguiera un refrigerio de las cocinas del castillo. Las bandejas que les llegaron distaban de ser comida caliente. Todo aquello que pudiera deteriorar los preciados códices y documentos de la zona de archivos y bibliotecas estaba restringido. Las porciones de queso, cecina y chorizo no duraron mucho. Las uvas y cerezas tampoco tardaron en desaparecer. Tudorache habría agradecido una ración mayor de agua. Era su turno de dar explicaciones y Pavel tenía una gran capacidad para detectar lagunas en el discurso de sus interlocutores. El rememorador también tenía una lengua afilada y una faceta maliciosa. Pero sabía cuándo y dónde podía darles rienda suelta. De modo que la entrevista transcurrió sin incidentes. Tudorache habló y habló. Pavel tomó nota cuidadosamente, pidió las aclaraciones que consideró oportunas y se despidió con material suficiente para un primer esbozo de la que sería la crónica del decimocuarto peregrinaje del caballero negro de los Marjales. A lo largo de las siguientes semanas se reunirían en más ocasiones para revisar y ampliar ese primer borrador.”
Borradores y correcciones, lo que como lectores muchos desconocíamos XD
Nuevo capítulo de la novela por entregas “Dendralil”. Lo mismo todavía la cambio otra vez de nombre.
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Hola a todos.
Nuevo capítulo de la novela por entregas “Dendralil”. Lo mismo todavía la cambio otra vez de nombre.
Hoy os revelo un pequeño misterio que sembré hace mucho. El origen de la enemistad personal entre Adrastos y Cornelia con la Reina Viuda.
Cuatro años he tardado en llegar a este punto de la historia. No me da la vida XD
“Tudorache enfiló el largo pasillo malhumorado. Fruncía el ceño y torcía la la boca con disgusto mientras volvía sobre sus pasos. El joven Martín lo esperaba en el Salón de la Verdad. Renegando para sus adentros, bajó las escaleras con paso vivo. El fardo que le había entregado Zacarías no le pesaba. Lo llevaba bajo el brazo con cuidado de no perder la misiva a él dirigida. En ese momento, lo que más lo irritaba era no poder pararse a leerla.
Una vez en el piso inferior, giró hacia las dependencias adscritas a la biblioteca y los archivos. Era allí donde se encontraba su destino. Una joven clériga, bajita y regordeta, vestida con el hábito blanco estampado con los símbolos de Tormo y del Libro, le salió al paso por entre las estanterías abarrotadas.
—Bien hallado caballero —lo saludó con una educada sonrisa pintada en su cara redonda enmarcada entre los negros mechones de su corta melena—. Soy la novicia Celia, bibliotecaria en funciones. ¿En qué puedo servirle?
La muchacha de ojos miopes lo miraba con curiosidad. No daba muestras de reconocerlo. Así que Tudorache se obligó a suavizar su actitud.
—Bien hallada, bibliotecaria Celia —la devolvió el saludo con una ligera inclinación de cabeza—. El caballero negro se encamina al Salón de la Verdad para compartir sus experiencias con el rememorador Pavel.
—¡Oh! —sofocó una exclamación llevándose las manos a la boca— ¡Disculpe mi atrevimiento! —dijo agachando la cabeza con la cara roja por la vergüenza.
—No hay de qué disculparse —la excusó—. Podéis continuar con vuestro trabajo. Conozco el camino.”
Nueva entrega de la historia de Tudorache el Descarriado.
A su regreso a la fortaleza de Tormo en Esgembrer se encuentra un escenario muy diferente del que dejó años atrás y su viejo amigo Zacarías le pone al tanto de los muchos cambios que se han producido durante su ausencia:
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Nueva entrega de la historia de Tudorache el Descarriado.
A su regreso a la fortaleza de Tormo en Esgembrer se encuentra un escenario muy diferente del que dejó años atrás y su viejo amigo Zacarías le pone al tanto de los muchos cambios que se han producido durante su ausencia:
“El despacho del Maestre estaba tal y como lo recordaba. La amplia mesa de caoba llena de pliegos meticulosamente ordenados por temas, apilados unos sobre otros. Las paredes ocultas tras hileras de estanterías abarrotadas de libros. Administración, leyes, teología, geografía, historia militar, teoría política y economía se daban allí cita. Zacarías le invitó a tomar asiento.
—Me alegro mucho de verte regresar de una pieza —los ojos claros chispeaban divertidos—. ¿Una copa para limpiar la garganta del polvo del camino?
No esperó a que le contestara. Se volvió hacia un armario junto al escritorio y sacó una botella de vidrio labrado. Un licor dorado la llenaba hasta la mitad.
—Sidra. Nada excesivo para estas horas del día —se adelantó a sus objeciones mientras llenaba una copa y se acercaba.
—No cambias —dijo él tomando un sorbo.
No era del todo cierto. En el fuego de sus rizos pelirrojos se apreciaba abundante ceniza. Pero se le veía animado, lleno de energía. No era ése el caso durante sus últimas estancias en el Nido. El peso de las responsabilidades propias del cargo al frente de la orden habían sofocado su natural pícaro.
—Lo mismo que tú —replicó con una sonrisa traviesa—. Mira que cargar de acá para allá con esas alforjas. ¿No sabes lo que son las letras de cambio?
—Ya sabes que por las tierras que recorro no abundan los banqueros —esquivó la pulla.”
Nueva entrega de las aventuras y desventuras de Tudorache el Descarriado disponible en el blog de la Itarca de Isfegar:
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Hola a todos una vez más.
Nueva entrega de las aventuras y desventuras de Tudorache el Descarriado disponible en el blog de la Itarca de Isfegar:
"Antes de volver a la posada dio un paseo por el bosque castigado por el fuego. El poder regenerador del Hijo de Silvara se hacía notar. Aquí y allá se apreciaban nuevos brotes de vida. Entre los tocones quemados destacaban tallos de plantas desconocidas para el paladín. Unos pocos árboles reverdecían sus ramas. Pese a todo, llevaría largos años recuperar el frondoso paisaje que recorrió días antes. Deambulaba sin rumbo cuando se topó con un grupo de cinco lugareños montados en un carro. Eulogio, el bienintencionado sobrino de Quino, estaba entre ellos.
—¡Saludos, caminantes! —les dio el alto, intrigado.
—¡Saludos, caballero! —le contestaron respetuosos, pero con aire culpable. No esperaban toparse con él.
—¿Qué negocios os traen por estos lares?
—Ha sido cosa del alcalde Pascual —tomó la palabra Eulogio, era un buen muchacho y Tudorache lo escuchó con buena disposición—. Todavía quedan cuerpos por recuperar. Y nos ha encargado que los traigamos de vuelta.
—Lo entiendo y no os lo impediré —aceptó sus explicaciones para alivio de la cuadrilla—. Pero no os lo recomiendo —añadió para su sorpresa—. Yo en vuestro lugar dejaría que nueva vida se alimentase de ellos. Así en el futuro, puede que los hijos y nietos de los difuntos se lo piensen dos veces antes de serrar los árboles crecidos sobre las tumbas de sus antepasados.
Una vez dicho éso, se despidió con cortesía y los dejó allí mismo debatiendo qué debían hacer. A ninguno le parecía buena idea cruzar el Turbulento y arriesgarse a despertar la ira de las criaturas que allí moraban. Pero tampoco se les había ocurrido qué decirle a Pascual y a su nueva mano derecha, Quino.
—Conrado se habría opuesto —dijo uno de los mozos.
Los demás le dieron la razón. No era la primera vez que escuchaban algo parecido. Todos lo habían pensado más de una vez. De modo que se volvieron. Al oírlos tras él, Tudorache sonrió. No todos sus esfuerzos habían resultado baldíos.”
Hola a todos.
Después de un largo hiato retomo las entregas de “El Caballero Negro y El Corazón del Bosque":
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Hola a todos.
Después de un largo hiato retomo las entregas de “El Caballero Negro y El Corazón del Bosque":
“Aún no había abierto los ojos, cuando el trinar de los pájaros le dio la bienvenida al mundo de los vivos. Luego vino la suavidad y el olor a lavanda de las sábanas. Sentía los ojos legañosos. Se los trató de limpiar, pero los brazos se negaron a obedecerlo. Dobló las rodillas con dificultad. Primero la una y luego la otra. Las piernas le pesaban igual que botijos. Giró la cabeza para desviar la vista de la luminosidad que entraba por la ventana y al fin reconoció su habitación de la posada. Estaba desorientado. No sabía cuánto tiempo llevaba postrado. Tenía los músculos agarrotados y protestaban con cada movimiento. Sentía la vejiga llena. Le urgía orinar. Bajo el lecho asomaba una palangana. Pese a los pinchazos que le recorrieron el cuerpo se obligó a sacar las piernas de debajo de las sábanas y a sentarse. Vestía tan sólo una larga camisa de lino que le llegaba por las rodillas. En cuanto se medio incorporó, la habitación le dio vueltas y tuvo que recostarse de nuevo. Así lo encontró Lorena al regresar con una bandeja para el desayuno, destapado y con medio cuerpo fuera de la cama.”
Aquí regreso con una nueva entrega de las aventuras y desventuras de nuestro errante caballero.
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Hola a todos una vez más.
Aquí regreso con una nueva entrega de las aventuras y desventuras de nuestro errante caballero.
“Perplejos, los lugareños interrumpieron la siniestra celebración para volver la espalda a su macabro trofeo y mirar en dirección a Matapuercos. En efecto, el viento sur empujaba una densa humareda hacia la montañas.
—No es posible —negó uno con la cabeza.
—Tiene que ser una broma —incrédulo, protestó otro.
Mientras la mayoría trataba de asimilar lo que estaba viendo, unos pocos corrían ya de vuelta a sus hogares. Atrás habían dejado a heridos, niños y ancianos. Eran pocos los que, por obligación, conciencia, o falta de estómago, se habían mantenido al margen de la ejecución. El pueblo ardía bajo la luz del atardecer y no había quien lo defendiese del fuego.
Así que dejaron los despojos de su chivo expiatorio a merced de los cuervos y marcharon en tropel, sin orden ni concierto. Dieron igual las llamadas al orden de Ordoño y de Pascual. En su urgencia empujaban lo mismo a convecinos que a soldados. Conforme se acercaron al pueblo pudieron ver como extrañas bolas de fuego sobrevolaban los tejados. Saltaban de uno a otro. Entraban y salían por las ventanas de las casas. Allí donde tocaban tela, paja o madera la combustión era instantánea. Ahogados gritos de confusión les llegaron a los oídos.
El paladín y la sanadora iban en el pelotón de cabeza. La casa de Lorena estaba alejada de las llamas. Pero el lugar donde sus pacientes guardaban reposo, con todos aquellos lechos acumulados era extremadamente vulnerable al fuego. En cuanto a Tudorache, era otro el temor que lo espoleaba. Sin dejar de correr miraba a un lado y a otro. Buscaba a Conrado. Era él quien había guardado las alforjas cargadas de artefactos incendiarios.”
Se termina marzo y no acabo de sacar a Tudorache de Matapuercos. Pero ya casi está, enseguida regresaremos a Esgembrer para entrecruzar los caminos de los protagonistas de estas tres historias.
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Hola a todos. Muy buenos días.
Se termina marzo y no acabo de sacar a Tudorache de Matapuercos. Pero ya casi está, enseguida regresaremos a Esgembrer para entrecruzar los caminos de los protagonistas de estas tres historias.
“A la mañana siguiente, apenas Loiv asomó su gentil rostro, reemprendieron la lucha contra un incendio ya agonizante. Negándose a cruzar el Turbio, divididos en cuadrillas organizadas por Don Celes, se dispersaron por su cauce sofocando las escasas llamas restantes en su ribera y trazando cortafuegos. Al otro lado, sin el Kazelrus para avivarlo, gracias a las lluvias y a los fantásticos habitantes del bosque, una vez consumido el fuego malvanés, también era más el humo que el peligro.
Aún así, las gentes del pueblo dedicaron la jornada entera a buscar el más mínimo rescoldo y enterrarlo. Todos ellos lamentaban lo ocurrido. Hubieran perdido a alguien o no, todos se conocían. Caía la tarde cuando encontraron los cuerpos de otros dos leñadores. Los hallaron atrapados entre las rocas de un vado arroyo abajo. Habían intentado huir del incendio, pero el fuego líquido los había alcanzado. Si alguien mantenía la esperanza de encontrar más supervivientes, la visión de los restos quemados y abotargados de aquellos desgraciados terminó con sus ilusiones.
El paisaje era desolador, lo que días antes era un frondoso vergel, ahora era un páramo de tierra quemada y tocones abrasados. Pese al poder regenerador del Hijo de Silvara, reparar el daño causado llevaría años. El oro verde, que bien administrado habría mantenido a los habitantes del lugar durante generaciones, había sido arrasado. Mientras los ayudaba, Tudorache no dejaba de repetirse las palabras de Dundenis: «campos de cultivo, campos de cultivo». Y lo maldecía para sus adentros.”
Para leer el resto de la entrega, nada más fácil que seguir el enlace al blog:
Lo admito, tenía ganas de escribir una entrada plenamente rolera, casi de Fanfiction , y lo he hecho. Tal cual:
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Hola otra vez.
Lo admito, tenía ganas de escribir una entrada plenamente rolera, casi de Fanfiction , y lo he hecho. Tal cual:
“¿Dragones de arena? ¡Falacias! ¡Los dragones de arena no existen! Bueno, tal vez, y digo sólo tal vez, existan en la infinidad de mundos posibles que flotan en el estéril vacío que conforma el Tapiz que separa unas estrellas de otras. Pero aquí no, en este mundo nuestro todavía traumatizado por la aplastante tiranía de los Grandes Dragones, no.
Lo que sí existe, y la gente del común en su ignorancia denomina: «dragones de arena», son otro tipo de criaturas que poco, o nada, tienen que ver con los verdaderos dragones.”
“—Hace años mi hermano y yo acudimos a la llamada de la orden. Nuestro rey nos necesitaba —parco en palabras la ahorró los detalles propios de bardos—. Hubo una gran batalla. Mi hermano cayó y yo abandoné a mi rey para perseguir a su asesino. En mi ausencia la batalla se ganó, pero el rey murió. Caí en desgracia a ojos del reino y de la orden —juntó su mano sobre el puño de ella—. Pero sobre todo a los míos.”
Tudorache el Descarriado hablando sobre su participación en “La Batalla de los Marjales”.
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“—Hace años mi hermano y yo acudimos a la llamada de la orden. Nuestro rey nos necesitaba —parco en palabras la ahorró los detalles propios de bardos—. Hubo una gran batalla. Mi hermano cayó y yo abandoné a mi rey para perseguir a su asesino. En mi ausencia la batalla se ganó, pero el rey murió. Caí en desgracia a ojos del reino y de la orden —juntó su mano sobre el puño de ella—. Pero sobre todo a los míos.”
Tudorache el Descarriado hablando sobre su participación en “La Batalla de los Marjales”.
Hola a todos.
Hoy en La Itarca de Isfegar estamos de celebración.
Por una parte, me han invitado a firmar en la feria del libro de mi pueblo, Los Corrales de Buelna, el 20 de Abril, y allí pasaré la tarde en buena compañía. Y por otra, entre todos habéis superado las 13.000 visitas acumuladas al blog, y subiendo.
Así que me he venido arriba y he programado cinco días de descarga gratuita en Amazon para “La Batalla de los Marjales”. Del 17 al 21 de Marzo horario del pacífico.
Además, se acercan los premios Ignotus y este año puedo presentar dos novelas cortas: ”Marduk y la Isla de los Cangrejos” y la susodicha “La Batalla de los Marjales”.
En “Pórtico” tienen el censo abierto para poder votar hasta el 29 de Marzo. Yo me registré el año pasado. Pero al final no di el paso con “La Amenaza bajo Esgembrer”. Lo mismo esta vez me animo por partida doble. Todavía me lo estoy pensando.
Por lo demás, todo igual. Sigo ganándome el pan con el sudor de mi frente en la panadería y cada vez veo menos XD. Trato de tomármelo con humor y alguna cerveza. En fin, me despido por ahora.
Aquí vuelvo con una nueva entrega de las andanzas de Tudorache el Descarriado. Espero que os estén gustando:
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Hola. Muy buenos días.
Aquí vuelvo con una nueva entrega de las andanzas de Tudorache el Descarriado. Espero que os estén gustando:
"La lluvia incesante acompañó a la expedición de socorro sin que el temido fuego líquido mencionado por los leñadores hiciese su aparición. Con un goteo constante, más y más supervivientes se les iban uniendo durante su avance. Para cuando llegaron a la serrería en la cual pernoctó el paladín días atrás, ya rondaban el medio centenar y las esperanzas de encontrar incólumes al resto brillaban más que las llamas al otro lado del arroyo.
De su lugar de trabajo empero no quedaban más que hierros retorcidos y madera carbonizada. Tudorache desmontó. Mordiscos cojeaba cada vez más. Una sustancia oleosa recubría el suelo allí donde parecía haber ardido con mayor intensidad. Un olor químico flotaba en el aire. A sus espaldas, las gentes del pueblo se disponían a atender debidamente a los heridos. Los demás debían cruzar el Turbulento. Ante ellos, un roble calcinado emergía del arroyo y extendía sus ramas quebradas por la ribera. Parecía el cuerpo de un náufrago tratando de ganar la orilla. Todavía humeaba. El mal olor era especialmente intenso en sus cercanías. El joven Eulogio caminó a donde estaba.
—Fue tal y como nos advirtió —con gesto contrito le confesó—. Me lo acaba de contar mi primo.”
Hola de nuevo.
Aquí regreso con una nueva entrega de “El Caballero Negro y el Corazón del Bosque”.
Además, al estilo de las entradas del tipo “Criaturas y Leyendas”, añado las reglas para incluir a los oníricos mencionados en la historia en las partidas de “Ital el JDRHM”.
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Hola de nuevo.
Aquí regreso con una nueva entrega de “El Caballero Negro y el Corazón del Bosque”.
Además, al estilo de las entradas del tipo “Criaturas y Leyendas”, añado las reglas para incluir a los oníricos mencionados en la historia en las partidas de “Ital el JDRHM”.
“La lluvia torrencial contribuyó a limpiar la atmósfera y sofocar los fuegos propagados por el viento. Pero también embarró los senderos de tierra apisonada y retrasó el avance de los carros. Además, su buena marcha se vio entorpecida por la insistencia con que todos buscaban averiguar cuanto tuviera que contar la cuadrilla de madereros. El paladín era el primer interesado en escucharlos, así que no se separó de la carreta de Amelia. Lo mismo hizo su marido, quien enrojecía de vergüenza cada vez que oía contar cómo los había salvado de un oso feroz.
Tudorache sonreía para sí. Sabía bien lo que ocurría con esas historias. Cada nuevo narrador las añadiría sus propios detalles. En cuestión de semanas, el espigado posadero sería un forzudo capaz de derrotar con las manos desnudas él solo no a uno, sino a tres osos. En más de una ocasión había escuchado de pasada historias de taberna, en las que un grupo de paladines habían acabado con tal o cuál amenaza, para luego percatarse de que estaban relatando exageradas versiones de sus propias aventuras. Así, un gigante solitario se convertía en un clan entero y cuatro ladrones de ganado en un ejército de bandoleros.
Pero entre conversación y conversación, por la columna de carros se repetía la misma pregunta: ¿Quién prendió el fuego?.
—Los colas rojas —respondía el leñador herido a cuantos se acercaban a la carreta donde iba sentado—. Han sido los colas rojas. Han estado enredando y encizañando desde que volvimos —porfiaba acalorado con quienes se lo discutían—. Han tenido que ser ellos.”
Nueva entrega de “El Caballero Negro y el Corazón del Bosque” disponible en mi blog:
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Hola de nuevo. Buen fin de semana a todos.
Nueva entrega de “El Caballero Negro y el Corazón del Bosque” disponible en mi blog:
“Lorena se llevó los dedos a los labios y silbó repetidas veces. Pese a lo penetrante del sonido y a la magia inconsciente que imbuía en él, los animales no respondían a su llamada.
Tudorache elevó una silenciosa plegaria rogando que se le desvelase el poder detrás de su conducta. No le sorprendió confirmar que se trataba del corazón del bosque. Oleada tras oleada de energía sacudía a plantas y animales compartiendo con ellos el dolor que sentía a causa de las llamas. Ante sus ojos, un par de gallinas cayeron muertas sin que nadie las tocase. Pronto, un cerdo se desplomó entre espasmos con espuma en la boca antes de que el rigor mortis reclamase su cuerpo. Lorena se arrodilló a su lado. Lágrimas asomaron a los vivaces ojos castaños de la sanadora.
Mordiscos se debatía contra su jinete como nunca lo había hecho. De haber portado una armadura completa sin duda el paladín habría dado con sus huesos en el suelo. Por fortuna no era el caso y de repente, tal y como había empezado, el lamento del hijo de Silvara menguó hasta ser sólo un sollozo distante. Entonces los animales sí que se dejaron conducir de vuelta a la cuadra.
—Ésto es cosa mala, muy mala —fue lo único que se le ocurrió decir al paladín.”
Hola de nuevo. Buen fin de semana a todos.
Nueva entrega de las andanzas del caballero negro disponible en mi blog:
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Hola de nuevo. Buen fin de semana a todos.
Nueva entrega de las andanzas del caballero negro disponible en mi blog:
“La demora en su regreso propició que el anochecer los alcanzase. Sus monturas avanzaban al paso, renuentes a obedecer. Era ya de noche cuando llegaron al pueblo, pero el paladín insistió en acompañar a Lorena hasta su casa. De las cuatro lunas, era la blanca la que regía la estación, pero el cielo estaba cubierto. Con el viento sur siempre era igual. Durante días soplaba, empujaba y arrastraba las nubes de tormenta contra las estribaciones de la meseta pallanthia hasta desatar violentos aguaceros. Entonces podía estar otro tanto lloviendo. De ahí que los lugareños diesen a ríos y arroyos nombres como el Terrible o el Turbulento. Sus estrechos y pendientes cauces no daban a basto a desaguar tanto caudal. Arrastraban árboles y tierra. Cuál encarnación de fuerzas elementales destruyen y fertilizan por igual. Con razón se los veneraba lo mismo que se los temía.
Pero no sería esa noche. Esa noche el viento del delirio rugía sin descanso. Aunque a Tudorache, una vez se acostó, exhausto tras las emociones y exigencias de la jornada, le trajo sin cuidado y durmió profundamente.
Al contrario de otras veces, el canto del gallo lo encontró soñando. Debió ser un dulce sueño, pues una cálida emoción lo embargaba. No obstante, los detalles se diluyeron de su memoria conforme la realidad inundaba sus sentidos.”
Hola de nuevo.
Continúo con la historia de Tudorache el caballero penitente:
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Hola de nuevo.
Continúo con la historia de Tudorache el caballero penitente:
"El resto de la jornada transcurrió entre rastrillos de paja sucia y palas de estiércol. Las pilas a las puertas del establo crecieron a buen ritmo. Para asombro de los curiosos, aquel caballero de porte orgulloso y acento extranjero demostró ser ducho en esos quehaceres. Poco o nada sabían ellos de las muchas obligaciones que recaían en los jóvenes escuderos. Entregados para su aprendizaje a tíos maternos u otros familiares lejanos, el trabajo duro, en el mejor de los casos, o la pura y simple explotación, en el peor, pasaban a formar parte de su vida cotidiana. No obstante, Tudorache había sido de los afortunados. Aquellas faenas le traían los buenos recuerdos vividos con su hermano. También agradecía la satisfacción que le producía el trabajo honesto y el sueño reparador que traía consigo el cansancio. En especial con ese persistente viento sur que azotaba la comarca día y noche.
Por allí rondaba el ocioso Conrado. No escatimaba en malicia. Pero al ver que sus pullas caían en saco roto, pronto dejó de aparecer por allí. Los que sí se acercaron fueron los labriegos del lugar. Era buen abono el que estaba acumulando el caballero. A ellos los envió a hablar con el posadero y al día siguiente acudieron con sus carros para retirarlo. Algunos consideraron oportuno ayudarlo para asegurarse que ningún otro convecino codicioso cargara antes que ellos y les dejase sin nada. Gracias a estos brazos extras empeñados en la labor el establo estuvo limpio para la noche. Uno de ellos se comprometió a suministrar la paja de los lechos.
A la hora de la cena el posadero lo sorprendió ofreciéndole una copa de aromático y oscuro vino. No había visto que ninguno de los parroquianos bebiese otra cosa que el orujo o la cerveza local."
Hola a todos.
Continúan las andanzas de nuestro amigo común en "El Caballero Negro y el Corazón del bosque".
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Hola a todos.
Continúan las andanzas de nuestro amigo común en "El Caballero Negro y el Corazón del bosque".
"Antes de irse de la posada regresó a las cuadras. Mordiscos lo saludó intentando restregar el morro contra él, pero lo contuvo. No quería terminar con la ropa sucia de mocos y babas. En vez de ello, le rascó tras las orejas, como bien sabía que le gustaba. Después comprobó las guardas que protegían sus alforjas. Estaban intactas. Haría falta un ladrón muy temerario, u orgulloso de sus habilidades, para robar a un clérigo guerrero o a un paladín durante sus peregrinajes. Las maldiciones impuestas a quien perturbarse los glifos protectores podían ser tan crueles como impedir que sus heridas cicatrizasen o tan ingeniosas como arruinar sus tiradas de dados. Se las cargó al hombro y regresó a la posada para reclamar la habitación prometida.
Al volver se cruzó con el alcalde Pascual, quien le dedicó un cortés saludo sin entretenerse a más conversación. Una vez en el interior del edificio se reencontró con la jovial posadera, quien estaba barriendo el serrín sucio para fregar el suelo. Con el viento sur llevándose la humedad del ambiente secaría pronto. A Tudorache le supo mal interrumpirla, pero la buena mujer no se lo tuvo en cuenta. De temperamento locuaz, no paró de hablar mientras lo acompañaba a la que sería su habitación lo que durase su estancia en la localidad.
Gracias a la animada charla de Amelia pudo averiguar que la tal Lorena era la última representante de su familia en la comarca. Por lo visto, sus padres habían vivido muy bien criando cerdos y ovejas. Pero todo aquello se vino abajo con la tristemente famosa peste porcina que asoló la región. Sus hermanos mayores vendieron las tierras que heredaron y marcharon a la capital, donde eran unos prósperos carniceros. Ella en cambio prefirió conservar lo poco que la tocó en suerte y con el tiempo se labró una reputación como experta curandera. Todavía criaba cerdos, una alegre y retozona piara, los cuales, una vez convenientemente engordados, vendía a sus hermanos.
Así era ahora la crianza de animales en la comarca: las mujeres los cuidaban y los hombres los sacrificaban. Llegado a este punto, los chispeantes ojillos de la posadera se apagaron, un recuerdo doloroso la asaltó."
Aquí os traigo una nueva entrega de las andanzas de nuestro amigo común el caballero penitente.
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Hola a todos.
Aquí os traigo una nueva entrega de las andanzas de nuestro amigo común el caballero penitente.
Si en la anterior tiré del villano protegido por su posición, en esta tiro por aquello de "nunca hay un mago/clérigo a mano cuando hace falta".
“Una vez que tanto el espléndido carruaje, como el grueso de los leñadores se perdieron de la vista, Tudorache el Descarriado se permitió al fin una comida caliente en la posada. Tenía mucho de qué hablar con sus dueños y con el alcalde del lugar. Ya que no había logrado que los aldeanos dejaran en su empeño, estaba decidido a minimizar los daños.
Al entrar en la posada le sorprendió encontrar allí al manco con un cubilete de aguardiente en la mano sana. Por el tono sonrosado de sus mejillas, o era muy mal bebedor, o se había bebido de buena mañana el todo el contenido de la botella que tenía ante sí. A su lado, mucho más sereno estaba el alcalde con su grueso fajín azul y verde anudado a la cintura. La nota discordante en el ambiente la ponía el enjuto posadero, de rostro alargado y patillas entrecanas, que con parsimonia se secaba las manos nudosas en un paño gastado mientras decía:
—Conrado, pienso que ya has bebido más que suficiente por hoy.
—¡Menudo comerciante estás hecho! —ronco de forzar la voz la víspera se mofó el manco— ¡Negar la mercancía al cliente sediento!”
Hola a todos.
Aquí os traigo una nueva entrega de las andanzas de nuestro amigo común el caballero penitente.
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Hola a todos.
Aquí os traigo una nueva entrega de las andanzas de nuestro amigo común el caballero penitente.
“Frustrada su buena intención, Tudorache el Descarriado dio la espalda a la música y los festejos. Mal perdedor, sentía bullir la rabia y el resquemor bajo su pecho. Crispado, apretaba los puños hasta blanquear los nudillos. Por ganas habría empuñado su martillo y aplastado la cara sonriente del tal Dundenis. Pero, consciente de que sus peores decisiones las había tomado en semejante estado de ánimo, el caballero negro volvió directo a los establos. La jornada había demostrado ser ardua y exigente. Necesitaba descansar y sosegar su espíritu alterado.
Entró en la cuadra a oscuras. Mordiscos piafó al reconocerlo. Él se acercó a acariciar el cuello de su montura, cuando oyó movimiento en un rincón. Giró la cabeza y allí estaban un par de ojos brillantes mirándolo fijamente. Antes de que reaccionase, se volvieron y una figura furtiva de larga cola abandonó el lugar.
—Parece que he espantado a tu amigo —susurró a su caballo, que relinchó complacido por la atención recibida.”